Guardianes del aire
Bogotá, 30 de abril de 2012.- Los seres vivos del
planeta enfrentan una de sus más grandes amenazas: el cambio climático, con sus
aterradoras consecuencias.
Un informe de la
Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que el calentamiento global es el
responsable del aumento de los índices de mortalidad de especies acuáticas, por
las temperaturas elevadas.
Según dicho informe,
el fenómeno climático es el causante de que unas 300 millones de personas
sufran de asma y que más de 2 millones mueran por la falta de agua.
Según el Ideam
(Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales), nuestro país
aporta 0.3 porciento del calentamiento global; cuota puede reducirse
significativamente, por ejemplo, mediante la implementación de Buenas Prácticas
en Refrigeración y el uso de compuestos químicos amigables con el planeta.
A luchar por…
El SENA en Bogotá, en
el marco de una alianza con la Unidad Técnica Ozono (UTO), adscrita al del
Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, adelanta un programa para la evaluación,
formación y certificación de trabajadores por competencias laborales, de las
áreas de refrigeración y aire acondicionado, para el manejo adecuado de las
sustancias, acordes con estándares internacionales de calidad, que contribuyan
a la preservación de la capa de ozono (‘escudo’ que protege la tierra de las
radiaciones y de los consecuencias nocivas del denominado efecto invernadero),
En esta iniciativa,
la Entidad ha certificado más de 6.000 trabajadores en normas de competencia,
relacionadas con el manejo ambiental de sustancias utilizadas en los
sistemas de refrigeración y aire acondicionado.
“Estamos propendiendo, en nuestros programas de formación, por el uso de
refrigerantes naturales que no contaminan, sino que, por el contrario, ayudan a
preservar el planeta. Son sustancias, cuyo impacto en la capa de ozono es de
cero, o con un mínimo efecto”, manifestó el
instructor del SENA, Víctor Carrillo,
Dentro de la
capacitación, los aprendices asumen responsablemente el desarrollo de otros procesos
que generen el menor impacto ambiental posible; así como el conocimiento de la
normatividad vigente en materia medio ambiental y su participación en el
desarrollo del Plan de Gestión Ambiental de los Centros de Formación
Profesional, que adelanta el SENA a nivel nacional.
“Fomentamos la importancia de la adecuada clasificación de los
desechos, la conservación del medio ambiente, el equilibrio de la naturaleza, y
no poner en peligro la supervivencia de especies vegetales y animales”, expresó Luis Latorre,
aprendiz del Centro de Electricidad, Electrónica y Telecomunicaciones en
Bogotá.
Agregó el aprendiz
que es la mejor contribución que él y sus compañeros le pueden hacer al
planeta, “sumado al manejo adecuado de los
refrigerantes para no botarlos al aire, pues ya sabemos que le va a
quedar a nuestros hijos.”
Por su parte, Marcela
Rodríguez, líder ambiental del centro de formación, advirtió que estos gases “destruyen la principal defensa del planeta contra las
radiaciones solares, además que el tiempo de permanencia en la capa de ozono de
las sustancias contaminantes es superior a 10 años, lo que se traduce en
un impacto negativo y de largo plazo para la naturaleza”.
Normas internacionales de protección
El Protocolo de Kioto
(Japón), que entró en vigor en febrero de 2005, busca que, como en el caso de
Colombia, se formulen programas nacionales y regionales que mejoren la
información científica y técnica sobre las emisiones, que mitiguen el cambio
climático y la adaptación a sus efectos, y la cooperación en el desarrollo,
aplicación y difusión de tecnologías ambientalmente racionales con el cambio
climático.
La implementación en
el país del protocolo de Montreal apunta a la eliminación gradual del consumo
de sustancias agotadoras de la capa de ozono, relacionadas básicamente con el
sector de mantenimiento de refrigeración y aire acondicionado.
Las prácticas para el
manejo adecuado de los gases refrigerantes, recomendadas por la UTO (encargada
de velar por el cumplimiento del protocolo de Montreal en Colombia)
incluyen el almacenamiento y reciclaje de los gases refrigerantes, para su
posterior reutilización, así como la contratación laboral de técnicos
certificados, que cuenten con equipos apropiados para el manejo de los gases.
Con la formación de
recurso humano calificado en el manejo de tecnologías limpias en refrigeración,
ventilación y climatización (doméstico e industrial), impartida en ambientes de
aprendizaje provistos de equipos de última generación, como es el caso del Centro
de Electricidad, Electrónica y Telecomunicaciones, en Bogotá, el SENA
contribuye a la preservación del medio ambiente, como política para la
supervivencia del planeta y, especialmente, de las futuras generaciones.